viernes, 25 de junio de 2010

Una rosa y un reloj de arena.

Mentiría si dijera que no me he pasado la semana esperando que, a cada hora, él entrara por la puerta y pidiera cualquier cosa, charlar un minuto, sentir su mirada... pero no ha venido. Han pasado siete días desde que le vi por última vez, y no paro de pensar en él, no puedo dejar de recordar su mirada, su sonrisa... me tiene intrigada y como hechizada.
- Nayra, ¿puedes hacerme tres cafés?
- En seguida.
Toda la mañana está siendo igual, monótona, le estoy perdiendo el gusto a trabajar a raíz de su visita... ya nada es igual, me falta parte del aire constantemente, sólo sonrío cuando le recuerdo y lo peor, es que me siento inútil. ¡Ni siquiera le conozco! ¡Sólo es un chico!
- ¿Has pedido algo sin consultarme?
- ¿Qué?
- Hay un paquete para ti, a tu nombre, me lo acaba de dar el repartidor -dice mi jefe intrigado-.
- Que yo sepa no.
- Bueno, pues, abrélo y salimos de dudas.
Es un paquete de cartón, la típica caja de correos. Al abrirlo hay una pequeña caja negra de lata, con dos simples rayas rojas en un lado y pone: TIME. Me parece la mar de intrigante. Sin perder tiempo, dejo el cartón en la barra y con cuidado retiro el celo para poder abrir la caja, poco a poco va cediendo. Ambos lados ya están abiertos. Retiro la tapa y en su interior hay una tarjeta en blanco con mi nombre en una excelente caligrafía.
- ¿Y esto? -pregunta mi compi-.
- No tengo ni idea.
Retiro la tarjeta para leerla y puedo contemplar un precioso reloj de arena, la estructura es de hierro negro y el vidrio, completamente transparente, deja ver una arena de un tono azulado que se mantiene estática a ambos lados del reloj.
- Me encanta -digo instintivamente-.
Mis dos compañeros me miran intrigados, y yo, con el corazón completamente acelerado empiezo a leer el papel esperando a que mi ángel fuera el causante de semejante regalo.

"Espero que el tiempo que pasemos juntos sea lo más lento posible, y que se aceleren las horas cuando no te tengo cerca. Te obsequio mi tiempo, lo más valioso que tengo. Espero que te guste el detalle, te pasaré a buscar mañana por la tarde para ir a cenar, espero que me digas que sí. Envíame un mensaje confirmándome la asistencia a mi número, por favor.
Tengo ganas de verte
Ángel."

¿Qué decir? Sin palabras, absolutamente sin palabras. Era el detalle más bonito que alguien había tenido conmigo en mi vida, no sabía qué decir, ni qué pensar. Estaba radiante de felicidad y todos los clientes se dieron cuenta, tanto esa tarde como el día siguiente.
En mi contra: nerviosismo. No podía tranquilizarme, pensaba en cómo sería esa noche, esa cena... hacía mucho tiempo que yo no salía con nadie, mucho tiempo que no sentía nada por nadie... y ahora, tan de repente, con alguien a quien apenas conocía... pero tenía ganas, eso estaba claro.

Mi jefe me dejó plegar media hora antes, así que me subí a su casa (está justo encima del restaurante), me duché y me puse un vestido negro de medio vestir que me queda bastante bien. Mis sandalias de tiras, con apenas tacón, mi pelo suelto, un poco de maquillaje y listo. Nerviosa era poco, creía que iba a caer por las escaleras de cómo me temblaban las piernas al bajarlas. Abrí la puerta y me encontré con mi jefe, picando, impaciente.
- ¿Qué pasa?
- Lleva 10 minutos esperando -se acercó a mí, me besó la mejilla y subió a casa-.
Respiré profundamente y giré la calle, para adentrarme de pleno en la escena de una cita en meses. Lo vi, de pie, con una camisa bastante ceñida, negra, y unos tejanos, también negros, ajustados hasta cierto punto, miraba hacia la calle y aguantaba en una de sus manos una preciosa rosa roja, casi color vino, medio abierta, que olía increíblemente bien.
- ¡Buenas noches! -dije yo sonríendo-.
Él se volvió y sonrió también. Al acercarme me besó para saludarme, como yo y sonriendo me ofreció la rosa. Muerta de felicidad la acepté y caminamos calle arriba. Me sentía muy segura a su lado, tranquila.
- Estás preciosa.
- Gracias, tu también estás...
- Nada, informal, normalmente voy de traje. Lo que ocurre es que bueno, quería ir un poco diferente, al menos esta noche.
- ¿Y eso?
- Bueno -dijo él, parándose y retirando mi cabello de mi cara, mientras juntábamos nuestras miradas- creo que eso es bastante obvio, ¿no?
Yo me sonrojé y sonreí. También él sonrió y seguimos caminando, no tenía ni idea de dónde me llevaba, aunque realmente, no me importaba en demasiado.

Después de estar hablando un rato, llegamos al restaurante. Era especial, pequeño, casi invisible desde las calles principales, con un olor a casa familiar, a comida de la abuela. Apenas si había 5 mesas de 4 y un par más de 2. Uno de los camareros, de entrada edad, se le acercó contentísimo y le dio un fuerte abrazo. Entonces, pasamos a un pasillo y cogimos un ascensor. Llegamos a la sexta planta y entramos en un pequeño ático. Estaba todo lleno de plantas, y justo al lado del balcón había una pequeña mesa redonda, preparada para dos, con unas velas y pétalos de rosa por todo el mantel. Me pareció absolutamente increíble, era demasiado.
- ¿Te gusta?
- Esto es precioso.
- Pues espera a ver la luna, la música y la cena.
- Esto es increíble... ¿cómo?
- No preguntes, sólo disfruta.

él.

No quiero, por favor: no. No quiero mirarle, ni verle. No quiero que me sonría, no quiero que me haga reír. Por favor, no me digas que te importo. Calla, por favor, si realmente te importo calla. No, no vengas. Respeta las distancias, no me cojas, no me mimes, no apretes mi mano. No sonrías cuando me miras, no preguntes cómo estoy, no te preocupes de mí. Deja de mirarme, por dios, deja ya de mirarme. ¡BASTA! No sigas, por favor, déjalo. Déjalo, porque no sirve de nada.
¿Qué hago con tus mimos? ¿Qué hago con tus risas, tus caricias o tus besos? Nunca me los darás como yo querría recibirlos, siempre habrá otra a quien dárselos. Yo siempre seré esa amiga con la que tener confianza, con quien hablar... no seré nunca nada más, y déjame asumirlo, déjame pensarlo, pero réspetame. Respeta las distancias, no te acerques, no vengas, no llames. No quiero, por favor. Déjame respirar, déjame olvidarte. No quiero pensar en ti, no más. Por favor. No quiero tus mimos, ni tus sonrisas... no por esta vez. Quiero poder mirarte sin sentir nada, sin pensar en nada... excepto en una amistad, que se queda corta para mí.

Por favor... déjame, olvídame. Prefiero perderte para siempre, que seguir a tu lado deseando ser siempre lo único que no podré ser.

lunes, 21 de junio de 2010

Muerte.

A veces es la salida más fácil. Sí, lo sé, es muy duro escuchar eso. ¡No digas eso! Seguramente es lo que estáis pensando, y tenéis razón, pero mentiría si dijera que nunca lo he pensado. Es bastante triste que alguien como yo, una sencilla chica de 18 años, haya pensando en ocasiones en suicidarse. ¡Qué triste, verdad! ¡Cobarde! Quizás... pero, nunca he sido capaz. Quizá por miedo, puede ser, pero sobretodo porque siempre me he obligado a seguir. A continuar. No iba a dejar que nadie me ganara esta partida, porque es la única que tengo.

Miras a tu alrededor y ves tus ojos, completamente rojos, toda tu cara irritada y un dolor en el pecho que no te deja respirar. En ese momento nada importa, nada te compensa el daño que te han hecho, nada compensa el dolor que sientes... y sólo quieres dejar de sentirlo, dejar de preocuparte, dejar de pasarlo mal... y ves unas pastillas, o la cuchilla y piensas en ponerle fin a todo. Te da igual la familia, el futuro, el entorno, los amigos... no importa nada, sólo quieres desaparecer, por siempre, no volver a tener que abrir los ojos, ni tener que enfrentarte a semejante dolor... estás cansado de tantas heridas que no acaban de sanar.

Pero entonces... recuerdas los ojos de tu madre, y su sonrisa. Recuerdas a ese amigo, y al otro. Recuerdas sus palabras, los buenos momentos y lo que ellos sentirían si tú no estuvieras, aunque no estás seguro de que te echarán mucho de menos, no quieres que lo pasen mal... y poco a poco recuerdas tu vida, tu futuro, tus sueños... y ahí es cuando te das cuenta de que te vale la pena seguir para conseguir todo eso, y sobretodo, GANAR esta partida, y no dejar ganar a la persona que te está haciendo tanto daño.

Sigue luchando, sea como sea... vale la pena.

SIEMPRE SERÁ ELLA.

Ella, es ella quien te mira, quien te toca, quien te besa. Ella se acerca y te sonríe, te acaricia, se enfada o te ignora. Haga lo que haga, siempre es ella, no importa nada excepto ella. Tú la sigues, embobado, allá donde va, no existe voluntad propia, todo lo elige y lo decide ella... Te tiene como hechizado.

Ya no sonríes como antes, ya no me hablas de la misma forma, has dejado de contarme tus problemas y de hacerme reír, ya no me esperas cuando acabamos las clases, ni me pasas a buscar de sorpresa los domingos. Huyes de mi cada vez que ella se acerca, no quedas con los amigos y has dejado tus hobbys, ella te necesita. Te has cortado el pelo, ya no usas la colonia de siempre... y has bajado las notas.

Tu guitarra está guardada, llena de polvo, tus canciones en una carpeta, en el armario. Nuestro banco vacío, ya no hay cafés por la tarde, mientras charlamos. Ya no te veo nunca en el parque esperando a que llegue a pasear a mi perra, ni tampoco nos encontramos en el cine o en la biblioteca. Ni siquiera contestas a los e-mails o los mensajes... has desaparecido, poco a poco, y cada vez estás más lejos. Te estoy perdiendo, para siempre, por ella. Ella y sólo ella. Es el centro, es la única que importa. Todo gira a su alrededor.

¿Sabes? No te vale la pena. Ella no sabe quererte como te mereces. Te anula y te cambia a su gusto, cuando tu vales muchísimo tal y como eres. Estás dejando tu vida por ella, cuando ella no dejaría la suya por ti. Ya ni siquiera tienes gustos, hobbys o compañeros, sólo está ella, ella y sólo ella. ¿Crees de verdad que vale la pena? ¿De verdad eres feliz? Ya no tocas tu guitarra, no escribes las canciones, no sonríes como antes, ya no paseas al atardecer, ni te vas de fiesta con los amigos... ya nunca te veo leyendo en el patio y comentando tus libros, no recuerdo cuando fue la última vez que me contaste un chiste malo y no paramos de reír en horas...

¿Acaso te has dado cuenta de lo que vales? Eres mucho más de lo que crees y ella no te merece, tienes que ser tu mismo... tienes que vivir tu vida y querer al que te quiera como eres, no al que quiera cambiarte. Tu haces feliz a los que te rodean por tu manera de ser, y ahora estás tan apagado... ya no brillas, y no sabes lo que duele verte así. Estás perdiendote, y yo te estoy perdiendo.

Yo te querría como mereces, te daría todo y mucho más, estaríamos como entonces... con aquellas tardes juntos, las risas, las bromas, nuestros paseos, el cine, comentando libros, yendo de fiesta... pero yo, nunca fui suficiente para ti, nunca me viste de esa manera... y por mucho que te quiera más que ella, por mucho que yo podría darte todo lo que ella te niega. Siempre será ELLA.

Sería fácil.

Si solamente con llorar,
se remediaran los problemas,
Seria facil
Si en cada lagrima se fuera la nostalgia y la tristeza,
Seria facil

Si con dormir cambiara todo en una noche,
si al despertar ya no existieran los reproches,
seria facil vivir,
seria facil

Si no doliera el desamor y del amigo la traicion,
seria facil
Si se pudiera detener el tiempo y nunca envejecer,
seria facil

Pero no es facil ya lo ves, somos humanos,
sentimos todo y no podemos evitarlo,
hemos nacido por amor y casi siempre por amor es que lloramos
No es nada facil si se tienen sentimientos,
por que la vida como un libro de cuentos

Y el que no siente su dolor es solo por una razon,
por que esta muerto
hemos nacido por amor y casi siempre por amor es que lloramos,
no es nada facil si se tienen sentimientos,
por que la vida no es como un libro de cuentos y el que no siente su dolor,
es solo por una razon,
por que esta muerto

Nunca.

¿Percepción personal? Seguramente. Pero eso no significa que no me duela... porque duele. ¿Qué? ¿Qué pasó esta vez? Pues lo de siempre, darse cuenta de que nunca significo lo mismo para los demás, que lo que los demás significan para mí. O esa es la sensación que yo tengo.
No dudo que me quieran, porque sé que me quieren, a su manera, pero me quieren. ¿Qué pasa entonces? Pues que creo que la mayoría de veces no me entienden, no se paran a pensar en qué siento y a veces... ya no puedo más. Estoy cansada de aguantar y de callar. Siento que para ellos nunca soy especial, que nunca puedo ser una prioridad... y quizá me equivoco, pero yo lo siento así.
Soy una más, como tantos, y por una vez, aunque fuera sólo ahora, por necesidad, me gustaría no tener que ir a pedir un mimo, para recibirlo. Desearía no tener que llorar para qué preguntaran si estoy bien, desearía no tener que explicar, no tener que contar para que entendieran.

Pero no importa, es sólo una vez más, solo una de tantas veces en que me siento menos, en que parece que por muchas cosas pasadas, nunca tendré la importancia necesaria. Siempre hay alguien mejor, alguien más importante... y bueno, quizás es normal, tampoco soy nada del otro mundo. Quizá es verdad, quizá no valgo la pena, quizá no importa. Me quieren, lo sé, pero a veces no lo suficiente, no me comprenden lo suficiente. Y este infierno, me está matando por dentro. Ahora lo necesitaba, y no estuvieron ahí, no como yo esperaba... y qyizá es eso, quizá espero demasiado, quizá pido demasiado... y por eso no consigo estar bien, debe ser eso.

Quisiera no escuchar su voz retumbando, quisiera no pensar constantemente que no valgo la pena, no escuchar en mi cabeza día tras día que nunca seré lo suficiente, que no importo... quisiera silenciar su voz, no volver a oír que nunca significaré nada, que sólo soy una más... Quisiera callar su voz diciendo que nunca me verán como a una chica, que sólo soy un amigo, una madre... quisiera no escuchar de nuevo que así tal cual soy ahora, ¿quién se fijaría en mí? ¿Quién me va a querer...?

Tengo miedo, me siento fatal...
Quizá juzgo demasiado, quizá... no sé apreciar lo suficiente esa amistad.. pero me siento sola, incomprendida... ahora os necesitaba, y no os encontré.

Hipocresía.

Mentiras. Mentiras y sonrisas falsas. Frases calladas, reproches contenidos, lenguas mordidas. Miradas de odio que se cortan por una sonrisa fingida, abrazos que se dan por obligación, gritos reprimidos, lágrimas guardadas. Silencios que significan un mundo, palabras sin sentido dichas para llenar el espacio. Oídos que no quieren escuchar, corazones demasiado pequeños para querer. Palabras y palabras que no significan nada, perdones al viento que no serán escuchados. Odio, odio y asco que debe contenerse, me estoy jugando mi vida.
Rabia, absoluta desesperación, miedo, dolor... parece que no puedo recordar el calor de un abrazo de cariño, de una sonrisa que te sale del alma, de una risa que dure días. No puedo disfrutar, ya no puedo sonreír, no soy capaz de sentirme llena... ¿cómo llenar este vacío? Es como si todo mi cuerpo se estuviera rompiendo por momentos, como si algo estuviera cortando en pedazos cada tendón, cada órgano... y todo empieza a sangrar, ya no recuerdo respirar sin que me duela el corazón. No recuerdo como es dormir sin verle, sin repetir una y otra vez sus palabras. No recuerdo estar 2 minutos sin pensar en algo negativo, sin tener miedo o dolor... estoy perdiendo, sé que me estoy dejando caer... y el vacío puede conmigo, ahora mismo es como si... no importara nada. Nada, ni nadie consigue llenarme. Las risas, los abrazos, la sensación de plenitud es fugaz, tengo miedo, me siento muy sola... todo empieza a nublarse, nada tiene sentido, todo es mas importante que yo... y poco a poco es como ir separándose, ir entrando en un abismo y empezar a caer. Ahora nada me sirve, pase lo que pase: no importa, todo tiene mil pensamientos, mil complicaciones...¿y sabes qué? Estoy cansada de llorar, cansada de sufrir...

¿Acaso es lo que merezco...?
Tengo miedo.

domingo, 13 de junio de 2010



POR TANTAS COSAS...



OSQUIERO.


Bece.




¡Cuantos dias! ¡Cuantas cosas! Y como te he echado de menos estos dos años... pero sabes, mas bien sabemos, que sigue siendo igual de divertido y nuestro que el primer día... eres uno de mis soletes!

TEQUIERO.

Aitor.





Tantas y tantas, y tantas cosas... SOBRAN LAS PALABRAS. Eres.. muchísimo.

TEQUIERO!

Daniel.






Dos días diferentes... La misma sensación.
Para qué poner en palabras algo que está más que claro, ¿o no?

Ya sabes que te quiero mucho.

Iker


Quizá la foto del día...

Después de 15 años, nada menos, pasamos a una etapa en la que no volveremos a encontrarnos a diario por los pasillos... y quieras que no, pues me da mucha pena. 9 años de amistad muy, pero que muy intensa en el colegio... y 6 años de amistad, quizá mas distante, en el instituto.
Aún así, siempre podemos pasarnos horas hablando... y sé que pase lo que pase siempre puedes coger el teléfono y quedar para tomar un café, encontrarlo por la calle y saber que SIEMPRE va a saludarte y a pararse para ver cómo estás...
Esto son amistades que duran para siempre, aunque no estés quedando a cada momento para salir por ahí juntos o hacer planes.

Tengo suerte de conservar gente así :)

Óscar.


¿Qué decir?

Són 6 años, 6 añitos en una misma clase que han dado para mucho. Son muchas risas, bromas, piques... y, a veces, abrazos y cariño. No es un hombre de muchos arrumacos, y menos conmigo, pero siempre he sabido que a su manera él me quería.
No es lo que podríamos llamar una amistad de esas en que está uno siempre al lado del otro, porque puedo contar con los dedos de las manos las veces que nos hemos visto fuera de horario escolar, pero aún así: siempre lo he sentido ahí, a mi lado, por si lo necesitaba.
Divertido, inteligente, chuleta y una de las mejores personas que jamás conocí. Sé perfectamente como voy a echar de menos no verle en clase, no poder explicarle cosas, girarme y, sencillamente verle, saber que está ahí... o escuchar su voz o recibir sus emails para preguntar apuntes, deberes... o cosas parecidas.

Forma parte de mi vida, mi pasado y mi presente. Espero que también formes parte de mi futuro Óscar, no me gustaría perderte.

sábado, 12 de junio de 2010

FIN DE SELE!


Acabar la selectividad... la cena de graduación, la Orla, los compañeros... pero sobretodo la fiesta de después! Un sitio genial, unas vistas increíbles, gente bien, la compañía inmejorable... y después: una hamburguesa con queso a las 5 de la mañana y ver amanecer en Collserola.

¿Qué más se puede pedir?
Dormir unas horas en una camita, despertarse con alguien que ha intentado no hacer ruido para no molestar tu sueño, y que te deja su casa entera para que puedas seguir durmiendo tranquilamente aunque él se tiene que ir... ver la nota que había escrito para explicarte porqué estás sola y su sonrisa por la mañana... si no fuera algo IMPOSIBLE, creo que quizás acabaría sucumbiendo a alguien como él.

¡QUÉ NOCHE! :)

viernes, 11 de junio de 2010

Una gran noticia.

Era martes, así que tenía la mañana libre. Adam me había pedido que entrara a trabajar una media hora antes, porque tenía que ir a llevar el coche al mecánico a las 3 y no quería dejar a Alex sólo. Así que tenía media hora menos que de costumbre, pero eso no era ningún problema.
Estábamos en julio, así que supuse que ya estarían las listas de aceptados en la escuela de Hostelería de verano (yo había mandado una solicitud y había hecho un examen para ganar una plaza ese verano, aunque no estaba muy segura de poder conseguirla). Llamé a la escuela y pregunté por las listas, una chica muy agradable me contestó que hacía 2 días que estaban publicadas, pero que no podía decirme la nota por teléfono. Le agradecí la respuesta y acabé de poner en orden mi casa antes de salir.

Bueno, vamos a empezar por el principio, me llamo Nayra, tengo 21 años y soy de Barcelona. Vivo sola, aunque parezca muy extraño, y quiero abrir en un futuro mi propio restaurante. Me gusta la comida casera de toda la vida, y en especial los postres. También me gusta la fotografía pero es un mundo mucho más complejo, además, nosé si podría dedicarme a ello, lo veo mucho más como un hobby que como una profesión. Físicamente: normal, en todos los sentidos, y como definición base, es decir, soy NORMAL. Tengo un piso, no muy grande, en Cornellá y vivo con Koba, mi perrita de 3 meses y con Anubis, mi perro de 4 años. Koba es un pastor alemán cruzado y Anubis es un Doberman de pura raza precioso. Ambos son juguetones, cariñosos y muy fieles, los adoro porque son mi familia y me alegran la vida. Mi madre ahora está viviendo en Algeciras por asuntos de trabajo y después de hablarlo largo y tendido, decidimos que yo me quedaba en Barcelona, aunque me costó mucho convencerla. Entiendo que soy joven, pero ya tengo mi propio trabajo y no estoy preparada para irme de aquí, mejor dicho, no quiero irme de aquí, y no pensaba dejar de mi vida por un trabajo que posiblemente sea temporal.


Mi padre, o mejor dicho, mi progenitor masculino, se fue de casa hace años y aunque mantengo una relación medianamente "real", no forma parte de mi vida. Acepto "hablarle" y "verle" en contadas ocasiones por la constante insistencia de familiares puesto que es mi "padre", aunque todo sentimiento real afectivo que podría tener hacia lo que yo denomino padre no tiene nada que ver con él. Soy soltera, tengo unos cuantos amigos y tengo una relación increíble con la familia de mi madre. Igualemente mantengo una buenísima relación con mis 2 hermanos y con mis 3 sobrinos, a los que adoro y quiero muchísimo.

Como ya dije antes, Adam es mi jefe, y Alex mi compañero. Leer es uno de mis hobbys y la cocina es mi medio natural por excelencia. Practico deportes, me encanta viajar y acostumbro a dibujar de vez en cuando, me relaja y me ayuda a descargar tensiones. Parte de la decoración del restaurante está hecha por mi, yo diseñé el actual logo, la posición de las mesas, los manteles y las servilletas. Algunos de los cuadros o fotos són míos, y también elegí yo los tonos en que está pintado el local, aunque lo mejor fue pintarlo entre los 3 y un par de amigos.

Bueno, que me voy por las ramas... He salido de casa después de organizar un poco las cosas, y bueno, me he dirigido a la escuela a ver las listas, estaba impaciente, nerviosa y muy acalorada. Así que he ido por la sombra todo el rato que he podido… al llegar a la puerta, una larga respiración y un paso. ¡VAMOS!

Y he llegado a información, antes de ir a preguntar, me he dado cuenta de las listas, a la derecha, en un tablón, así que he cambiado de dirección y poco a poco, paso a paso me he ido acercando. Cierro los ojos y suspiro. ¡Por favor!

Alonso, Baena, Camacho, Ezequiel… ILENA, Nayra. ¡Sí! ¡Me han cogido! He empezado a saltar y a gritar, y aunque la pobre mujer de la entrada se me ha quedado mirando preocupada, ha sonreído al entender mi alegría.

¡El móvil! ¿Dónde está mi móvil? Marco: 675… a ver, a ver…

- ¿Nayra?

- ¡Mamá! Soy yo.

- Sí, lo sé… ¿Qué pasa?

- ¡Me han cogido!

- ¿De verdad? Me alegro muchísimo cariño, ¡qué bien! Te lo mereces.

- Gracias mamá, estoy… no tengo palabras.

Hemos estado hablando unos cuantos minutos y luego le he dicho que tenía que colgar porque iba a salir a la calle y no me gusta ir andando con el móvil. Nos llamaremos otro día, total, siempre estamos en contacto. Mi jefe y mi compañero también se han enterado y aún tenía unas horas para darme una vuelta. Al final he aprovechado para pedir la lista de utensilios y certificados o papeleo que necesitaba, y después me he ido al centro comercial a comprarme unos zapatos de verano y algo de vestir. Es que en dos días hay una fiesta de compañeros de instituto, y no tengo nada que ponerme, y así de paso estreno algo.

Son las dos, pero ya estoy llegando al trabajo. Me gusta llegar siempre un poco antes, porque así voy tranquila. Ellos ya se están preparando para salir corriendo en cuanto llegue, los veo desde fuera. No hay demasiada gente comiendo, pero tendré que currármelo un poco para atender a todo el mundo rápidamente.

- ¡Ya estoy aquí!

- Como siempre, llegas pronto.

- Unos somos muy puntuales, otros siempre llegan tarde.

- ¡Nayra!

- Yo sólo lo he dicho, ¡eres tú el que se siente aludido!

Son casi las cuatro menos cuarto, la gente ya está acabando de comer. Por como ha sonado la puerta creo que ha entrado alguien, según cuantos sean tendrán que pedir algo tipo bocadillo, porque no me queda casi menú y a estas horas, yo sola, no puedo hacerles cualquier cosa.

- ¿Perdona me puedes poner un café solo?

- Ahora mismo.

Ni siquiera sé quien es. Por la voz es un hombre joven, aunque no sé por qué esa voz me suena… muchísimo, es como si le conociera. A ver los postres a la mesa seis, la cuenta a la doce… y Marta me ha pedido un café con leche. El café para el chico. Ponemos la máquina, el platito, el azúcar… ¡listo!

- Aquí tiene su café.

- Gracias.

Subo la mirada y… es él. Ángel. Otra vez, creo que voy a volver a caerme… me pierdo en sus ojos cuando me mira, es una sensación tan extraña, tan diferente a lo que jamás sentí… ¿por qué me pasa esto?

- ¡Hola de nuevo! –dice con una sonrisa preciosa-.

- ¡Hola! –Medio tartamudeo-.

- Eh… Nayra, ¿verdad?

- Ángel.

- Sí. Gracias por las indicaciones de ayer, habría llegado tarde si no vuelvo a encontrarte. Al pasar por delante he pensado que quizás trabajabas aquí… y pensé en pasar a saludarte.

Una pizca de nerviosismo en su voz. En mis mejillas rubor y una sonrisa tonta en mi cara. Parecía que se había parado el tiempo, hasta que María reclamó su café con leche. Ángel tardó rato en tomarse el café y sentía como me recorría con la mirada mientras iba de un lado a otro del restaurante.

- Bueno… ya no me puedo quedar más. Otro día me paso y charlamos un poco, ¿vale? Porque no sé nada de ti excepto tu nombre.

- Tampoco es que pueda contarte mucho, soy bastante simple.

- Me gusta la simplicidad.

Sonrisa y ese aire, esa mirada… me gusta sentirme así.

- Entonces, ¿no te importa que venga otro día?

- ¡No, para nada!

Risas, creo que se ha notado demasiado que QUIERO QUE VENGA. Intento disimular pero es demasiado tarde. Se levanta del taburete, se apoya en la barra y acercándose a mí, besa suavemente mi mejilla y en un segundo:

- Me encanta ver cómo te sonrojas, Nayra –yo empiezo a suspirar-. ¡Nos vemos!

mentiría...

Amor y sexo.
Juntos, revueltos mejor que solos.

Mentiría si dijese que no me paso mucho tiempo pensando en ello. Una pareja, un amor, esos momentos que se guardan en la memoria con los días, las miradas, los besos, las ganas de verle, de sentirle. Una carícia, una lágrima, una sonrisa... la primera pelea, la primera reconciliación. El caminar juntos hacia adelante, poco a poco, disfrutando del día a día.

Mentiría si dijese que no quiero sentirme querida, pero de verdad, sentir que soy tan importante como aquella persona lo es para mi. Que por una vez la relación sea equitativa, 50%. Risas, bromas, cariño, sinceridad y confianza, estar segura de que él siempre va a estar ahí cuando lo necesite, porque yo siempre voy a estar ahí cuando me necesite a mí.

Mentiría si dijese que ya pienso en alguien es especial, porque hay algunas personas que me hacen sentir quizás algo especial, pero no es AMOR, no hasta ese punto. Quizá falta tiempo y conocernos, quizás simplemente no són lo que busco, o quizá yo no soy lo que buscan. Quizá está por llegar, quizá me desvanezco esperando...

Mentiría si dijese que sólo tengo ganas, porque también tengo miedo. Miedo a enamorarme de verdad, a estar al 100% por alguien, sentir, confiar, sincerarme... y caer, estamparme, que se rompa la burbuja en mil pedazos y duela tanto que me cueste respirar. Tengo miedo a que se parezca a mi padre, a pelear, a ser inferior, a no ser suficiente, a que no me quieran...

Mentiría si dijese que es fácil para mí. Escribir sobre amor y plasmar en palabras aquello que quiero sentir o que me gustaría que alguien sintiera por mí es muy fácil. Imaginar situaciones que me gustaría vivir, frases que quiero decir u oír, tipos de chico... vivir eso y tener la fuerza para empezar, creer y apostar, es más difícil. Puedes salir escaldado...

Pero, mentiría si dijese que no quiero arriesgarme por miedo a sufrir, porque sufriré igualmente, pase lo que pase, y quiero vivir mi vida, plenamente, al 100%. Quiero sentir todo lo que pueda, con aquella persona que me llene en ese instante.. y si me equivoco y me estampo, lloraré y sufriré, pero nadie me quitará mis buenos momentos.

Mentiría si dijese que alguna vez hablé de esto con alguien... mentiría si dijese que puedo ser yo misma con mis amigos. Mentiría si dijese... que estoy bien.

Sele.

Sólo queda: examen de arte.
Espero que sean benévolos y me salgan 2 obras que sean de las que mejor me sé.
Nada de picassos, dalís, calders o pollocks. EH!

Tengo ganas de acabar... espero simplemente: que me llegue la nota para Periodismo :)

martes, 8 de junio de 2010

martes, 1 de junio de 2010

LIBERTAD.

Palestina.

Fui hace unos meses a ver borrados del mapa, un documental de un periodista español sobre la franja de Gaza que es digno de ver. Son los días que vivieron durante los bombardeos de inicios de año del año pasado, enero de 2009, es muy duro, pero es la realidad, sin tapujos y sin visiones europeas sobre el suceso. No hay medias tintas, ni tampoco censura. ES LO QUE HAY.

Hoy he recordado todas aquellas lágrimas y muertes, después de ver una vez más como Israel ataca los derechos humanos, disparando contra un buque humanitario que iba a ayudar a las familias que aún resisten en Gaza a base de milagros.

Es vergonzoso que el mundo permita actos como este. Israel no tiene perdón, vale ya de tantas cosas permitidas como redención de su "holocausto", porque son ellos mismos los que están produciendo un holocausto mucho mayor en Gaza, que no deja de ser un horrible campo de concentración de palestinos, donde quedan abnegados a la muerte.

PALESTINA LIBRE!

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